Rutillas: Sevilla I (b)
16 de Septiembre, 2004   23:50

Habíamos dejado la historia en un punto intrigante andando a orillas del Guadalquivir y ahora tocaba decir que pasamos al lado del Puente de Triana que debe su nombre a que conduce a dicho barrio, si bien el nombre científico del puente es Puente de Isabel II y fue un puente de barcas desde 1171 hasta 1852, barcas que atadas unas a otras conectaban las dos orillas para poder pasar de de allí pa'cá, mandado construir por Abu Yucub Yusuf y que era el único puente en la ciudad por aquellas épocas. Supongo que después se jartaron de tanta barca atada junta e hicieron el puente actual, que aunque en un principio parecía que había sido un diseño de Eiffel (cosa normal ya que a este hombre le encantaba eso de los hierrecitos y los tornillitos para hacer Torres y cosas de esas) parece ser que dicha información era erronea y la realidad verdadeta dónde las haya es que el diseño era de Ferdinand Bernardet y Gustav Steinacher, tiíllos que según me comentan copietearon vilmente el puente de Carrusel de Paris o de los Santos Padres, obra del ingeniero Antonine Remi Polonceau y construido en 1834. Obra decir que toda esta información la tenemos aquí presente gracias a Maria Ángeles, que no solo me ha explicado esta historia del puente sino miles de cosas a lo largo y ancho de Sevilla, cosa de agradecer enormemente, dicho sea de paso ; )

Un poco más tarde quedamos con otro amigo en "el Jota", un bar motero bastante famoso en Sevilla por lo que me cuentan y en el que la tapa típica es el bacalao en salazón, que según palabras de David, le cambia el sabor a la cerveza y a la cerveza no sé, pero al zumo de piña que yo me tomé si que le cambió el sabor, pero tela tela... Lo que sí está claro es que estas cosas hay que vivirlas, sino corre uno el riesgo de ser, como muchas veces, simplemente un guiri, que no es lo suyo cuando se pueda evitar ; )

Al día siguiente, que era algo así como un domingo 5 de septiembre (para el que se haya perdido con tanto rollo de historia ; ) cambiamos de ambiente, y me llevaron a la Cañada de los Pájaros, 1ª reserva natural concertada de España en la que se alojan una singular cantidad de aves, muchas de ellas en peligro de extinción (como la Focha Cornuda) y en la que se procura no solo su conservación sino también su reproducción para mantener las colonias antes de que estas desaparezcan. Y allí vimos cantidad de pájaros nunca antes vistos (por lo menos por mí) aunque eso de aprenderse los nombres no era tarea fácil; lo único quizás es que al tratarse de finales de verano las lagunas estaban un poco vacías, y si a esto le sumábamos el calor las aves tendían a refugiarse en las zonas de sombra lo que las hacía un poco más dificiles de ver (a algunas de ellas, claro); así que al parecer la mejor época para ver este paraje es en primavera, habrá que apuntarlo.

Camino de la cañada de los pájaros habíamos visto un montón de arrozales, cosa que no había yo visto anteriormente, así que a la salida nos acercamos a uno para poder verlo de cerca, hacer unas fotillos y coger un par de plantas para llevármelas pa'Graná. Y al final nos hartamos de ver arrozales, porque camino de casa tomamos la dirección equivocada y estuvimos un buen rato andando por una carretera flanqueada en ambos lados de enormes extensiones de arroz : )

Les habló un tiillo pensando en hacer arroz con leche un día de estos...

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