Rutillas: Puentes del Poqueira
19 de Septiembre, 2004   23:41

Con mis primos de Madrid aquí en Granada y muchas ganas de ir a algún sitio a patear nos fuimos a.... ...la Alpujarra, por ejemplo, y decidimos parar en Capileira, lugar en el que soltamos el coche y nos lanzamos a andar. Previamente paseamos un ratillo por el pueblecito, siempre con sus típicas casas blancas, sus típicos tejados planos (de los que nos quedamos con ganas de saber porqué eran así, por haber había hasta una exposición que estaba cerrada cuando pasamos por la puerta), sus chimeneas, sus flores en los balcones, sus rincones,... y cogimos un poco de agua helada de una de las fuentes que nos vendría muy bien a lo largo del camino.

La ruta empezaba en dirección norte hacia el Cortijo de la Sacristía (o eso ponía en nuestro mapa) así que para allí que nos fuimos y nada más salir del pueblo ya empezamos a ver cosas que no se ven todos los días: dos señores con un caballo, y sí, ver dos señores con un caballo no es una cosa muy rara, pero si estos dos señores vienen de cazar y a las espaldas de su caballo llevan atado un jabalí la cosa cambia, sorprende y te da tema de conversación, aparte de las correspondientes fotos, claro está.

El camino que seguimos muy guapetón, todo verde alrededor de dónde pasábamos, y eso que hace tiempo que no llueve y estamos a finales del verano; algunos rincones con tanto verde que daba la impresión de estar en Galicia, o Inglaterra, zarzas por todos los sitios en los que parábamos a coger unas cuantas moras para ir entreteniendo a nuestros estómagos, y aunque el sol pegaba de lo lindo el aire que corría era fresco con lo cual el camino se hacía fácilmente. Cerca del Cortijo de la Sacristía el puente de Chiscar (o Chistar dependiendo del cartelillo que miraras) y un remanso del río entre rocas muy guapetón para meter los pies desde el tobillo hasta la altura de cierta parte que no quisimos que se nos quedara helada ;), porque el agua fresquita sí que venía, y como no, unas cuantas fotos. Aun con la temperatura del agua bajo mínimos de confort (por decirlo técnicamente ;) si hubiéramos llevado el bañador probablemente nos habríamos bañado, aunque solo hubiera sido un chapuzón rápido, porque el día invitaba, desde luego que invitaba.

Cruzado el mencionado puente nos situamos en la ladera oeste del barranco del Poqueira (habíamos subido por la ladera este) y nos dirigimos hacia el puente del Molino. El camino bastante bien señalado aunque con algunos cruces en los que se liaba uno un poco y era el GPS el que tenía la palabra. También algunas partes del camino más divertidas que otras, como aquellas zonas en las que las hierbas tapaban el sendero o algún riillo o escape de acequia anegaban la ruta y te hacían pensar sobre qué piedra pisar o no para no meter los pies en el agua ; ) Alguna caída que otra, afortunadamente sin consecuencias, algunas con estilo y todas con buen humor ; )



Y los turistas, muy simpáticos, extranjeros pero muy simpáticos. Yo creo que excepto un padre y un hijo del lugar que andaban 3 veces más que nosotros y unas sevillanas salerosas que nos cruzamos luego más tarde en Capileira, todos eran de fuera así que al cruzarse con ellos era mejor decir directamente hello o good morning que hola. Y aprovechamos para hablar en inglés con algunos de ellos, sobre todo con una pareja mayorcilla que venían de Inglaterra y que estaban pues al igual que nosotros, andando un poco por la zona para conocerla y ya nos contaron un poco de lo que hacían, de dónde venían, que tenían pensado hacer, ... y que uno de sus hobbies favoritos era el walking. Bueno, eso lo dijo Mary, pero su marido John especificó que sus hobbies eran más bien cooking, eating y drinking y luego walking para compensar lo primero. Se dá uno cuenta entonces de que va a ser verdad eso de que hay en el mundo más gente buena que mala como dice alguien que yo sé, y si encima derrochan humor, pues mejor aún ; ) Moraleja: llegamos a la conclusión que para aprender inglés mejor venir a la Alpujarra que no al propio Londres ; )

Llegando al puente del Molino dónde íbamos a comer nos separamos de nuestros amigos ingleses con los que habíamos compartido un trozo del camino (ellos iban hacia Bubión) y debajo de la sombra de un árbol nos aposentamos para comer unos estupendos sándwiches que llevábamos, acompañados de agua de Capileira y fruta de postre.
Un descansillo, unas fotillos y unos malabarismos en la barandilla del puente para después ponernos a subir la cuesta de la Higuerilla que nos llevaría de vuelta a Capileira, cuesta que al llegar nos haría buscar como posesos la fuente del pueblo para hartarnos de agua y refrescarnos, que la cuesta se lo merecía (y el hecho de subirla a pleno sol a eso de las 4:00 de la tarde probablemente también influyó). Y tanto cariño le cogimos al agua que después el mero hecho de ver una fuente (y en Capileira hay unas cuantas) nos hacía correr hacia ellas para beber un poco, aunque solo fuera eso, un poco ; )

De Capileira bajamos en coche a Bubión, nos dimos una vueltecilla por sus calles y entramos en alguna que otra tienda, en una de las cuales compramos un par de farolillos muy guapetones, algo caros, pero guapetones, y hechos a mano, y de allí camino de Pórtugos para visitar su FuenteÁgria, primero abajo en la cascada y luego arriba para coger un poco de agua ferruginosa, no demasiado buena por su sabor pero si un agua excelente por sus cualidades minerales, y su hierro, de ahí su nombre. De allí de vuelta para Granada, un poco cansadillos pero habiendo disfrutado el día, que era de lo que se trataba :)

Les habló un tiíllo Al Sur de Granada

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