Llévaba unos días buscando la cartera por todos sitios; no estaba en casa, no estaba en el trabajo; no estaba en el comedor, no estaba en el dormitorio; no estaba aquí, no estaba allí, en fin, ande andará me preguntaba yo... Tendiendo una lavadora descubrí que la susodicha se hallaba en el bolsillo trasero de un pantalón recien lavado. Automáticamente deduje que la cartera se había lavado igualmente y que el dinero en su interior, no mucho, estaría totalmente limpio. Y el carnet, y la tarjeta del banco, y la del videoclub, y los post-its con algunas notas y los tickets del supermercado, ...

Les habló un tiíllo planchando un billete de 5 euros ;)

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