Sugerí a principios de semana una escapada al campo, a hacer alguna que otra rutilla por la Sierra Norte de Sevilla, o al menos, una escapada para ver algo verde, comernos un bocata de lo que fuera, y hacer alguna que otra fotillo. Y para allá que nos fuimos Belén y yo con Rafa y sus retoños.

Empezamos parando en Cerro del Hierro, lugar en que se encuentra una pequeña rutilla que serpentea alrededor de un terreno misterioso esculpido por la madre naturaleza por un lado y el hijo humano con sus picos, palas y vagonetas por otro, vamos al final una montañita a la que le han pegado bocados por los 4 costados y en la que se observan estructuras como la de las fotillos adjuntas.

La siguiente parada fue en las cascadas del Huesna en la que nos comimos los bocatas, la tortilla de patatas y de haberlos tenido, hasta nos habríamos comido los filetes empanados; luego un par de fotillos (o 100 ;) y seguimos p’alante.

Una breve parada en la zona de acampada de la Isla Margarita en la que pasemos un poco la comida por un fragmento de la vía verde que por aquí pasa; mientras la madre naturaleza atormentaba a Santiago, pinchándole las manos, raspándole las rodillas e incluso tirándole una piedra a la cabeza, y es que señores, cuando la naturaleza se cabrea, hay que tener mucho cuidado con ella ;)

La última parada tocaba en el castillo de pero como ya se nos hacía tarde, paramos a tomar un café en uno de los varios pueblos que encuentra uno en la ruta y aunque al final tomamos de todo menos café disfrutamos de un rato de descanso y buena conversación alrededor de temas tan candentes como el Sistema Sanitario Público Andaluz, la investigación biomédica en Andalucía o el porqué se han o no de cambiar ciertos hábitos arraigados en sistemas milenarios en pro (o no) de una mejora final del Sistema.

Les habló un tiíllo paseado por el campo :)

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