Y es que la pobre, no gana para sustos. Como ya os comentaba recientemente, no hace mucho 2 mil kilos de escombros cayeron sobre ella y claro, la pobre se quedó to arañá pero posteriormente, tras un cambio completo de carenado y sillón, ella quedó muy feliz. Pero la cosa la cosa no iba a quedar ahí.

El caso es que anoche me llama un policía y me dice que si tengo una moto con cierto número de matrícula. No es que me acojonara, pero vamos, yo pensaba en que las multas las enviaban por correo certificado, no te llamaban por teléfono. Y efectivamente, no era para una multa, sino para preguntarme si sería yo tan amable de pasar por dónde estaba el policía a recoger mi moto, “¡pero vamos a ver buen hombre! ¿y qué hace Vd. con mi moto precisamente ahí si yo la dejé en la puerta de mi casa, aquí?”

Obviamente el buen hombre no tenía nada que ver, de hecho ya lo había visto todo, y es que resultaba que un desconocido mío, ni amigo ni ná, vamos, si lo veo le parto las piernas, había “robado”, supongo que presuntamente, mi moto, y con un amigo suyo se había ido a otro barrio a robar un coche, supongo que por tener un vehículo de cada tipo, y 100 metros del sitio de dónde tomaron prestado el segundo vehículo, va y aparece la policía, que, dicho sea de paso, pasaba por allí. Pánico, terror, ¡la poli! y nada, que se ponen nerviosos y el susodicho va y no se le ocurre otra cosa que empotrar mi moto contra el coche “robado”.

“¿quiere Vd. ver dónde ha impactado su vehículo?” – me pregunta el Sr. Policía.

“Por supuesto, estoy intrigado” –le contesto yo. Y joder, y no veas los bollos que hace mi moto en las puertas de los coches robados, cagoen’tó.

Moraleja: moto con el frontal impactante, guardabarros listo, puente hecho, que no de Triana, grua que se la lleva, la pobre, del susto que se llevó ya no quería arrancar, 2 horas hoy en la policía, denunciando los hechos, y nada, que habrá que ir preparando cierta tela para la renovación, de nuevo. Siesque…

Les habló un tiíllo casi robado :|

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